Hay un género literario que me fascina: las reglas. Engloban al manifiesto, al manual, al decálogo. Hace tiempo caí en la cuenta de que Oblique strategies, de Brian Eno, que además de una lista de reglas es un mazo de cartas, no estaba traducido al castellano. Así que lo traduje, lo maqueté, armé una cajita basada en el arte del disco de él que más me gusta (Music for Airports) e hice una tirada muy limitada de mi propia edición.











